La implementación de prácticas y políticas educativas está
muy vinculada a la evaluación de los aprendizajes de los estudiantes, ya que
ésta permite monitorear avances y logros, mejorar la enseñanza en el aula,
perfeccionar las políticas y evaluar la efectividad de programas, entre muchos
otros objetivos. Para que la evaluación logre sus propósitos, es esencial hacer
una adecuada elección de los instrumentos de evaluación de aprendizaje que serán
utilizados. En este contexto, docentes, implementadores de política,
investigadores y personal de los ministerios de educación se ven frecuentemente
enfrentados a la necesidad de seleccionar instrumentos de evaluación de
aprendizajes, sin necesariamente tener mayores conocimientos sobre el tema. Por
lo tanto, esta nota técnica está orientada a personas que trabajan en el sector
educación y no tienen formación en el área de evaluación de aprendizajes, y
tiene como objetivo entregar orientaciones técnicas, prácticas y éticas sobre
los elementos que deben ser tomados en cuenta al seleccionar o construir un
instrumento de evaluación de aprendizaje.
Coherencia entre el objetivo de evaluación y el instrumento
escogido
Una consideración fundamental para escoger un instrumento de
evaluación de aprendizajes es que sea adecuado para el propósito de la
evaluación. En esta sección se comienza por describir algunos posibles
objetivos de evaluación, para luego abordar los elementos que deben revisarse
en un instrumento para ver si son coherentes con el objetivo de evaluación.
Para qué queremos evaluar
Determinar el objetivo o propósito de evaluación implica
hacerse las preguntas ¿para qué queremos medir aprendizajes?; ¿qué es lo que
queremos medir? y ¿a quiénes queremos evaluar? Los posibles motivos para
evaluar aprendizajes son muchos. A continuación se identifican algunos de
ellos, agrupados en objetivos evaluativos para el sistema educativo en su
totalidad, la escuela o el estudiante.
Alineación entre los objetivos de evaluación y el
instrumento
Un elemento fundamental al momento de escoger un instrumento
de evaluación de aprendizajes es que sea adecuado para el o los objetivos de la
evaluación. Este alineamiento es crucial porque se relaciona con la utilidad de
la información que se obtendrá. Si el alineamiento es bajo, los resultados de
la evaluación entregarán poca o limitada información.
Alineación de los propósitos
Una primera pregunta es para qué propósito fue diseñado el
test, y si calza con el propósito de evaluación (Ministerio de Educación de
Nueva Zelandia, 2014). Los propósitos de un instrumento pueden ser varios,
tales como realizar un diagnóstico, medir logro, medir potencial o aptitud, o
identificar preparación para un cierto programa o etapa escolar (llamado
placement testing en inglés), que también se pueden utilizar para ubicar a un
estudiante en un cierto programa o track de aprendizaje (Cohen, Manion y
Morrison, 2000). Algunos instrumentos están diseñados para realizar
evaluaciones diagnósticas, formativas, o sumativas. La evaluación diagnóstica
es una evaluación en profundidad en las debilidades y fortalezas de un
estudiante. En general incluye muchos ítems que profundizan en un solo tema,
para poder identificar con exactitud las dificultades de aprendizaje, y es
referida a criterios7 . La evaluación formativa, en cambio, ocurre durante un
año escolar o programa y está diseñada para para monitorear el progreso del
estudiante durante ese periodo, para medir logros de secciones específicas del
currículo, para diagnosticar debilidades y fortalezas. En general está referida
a criterios. La evaluación sumativa se aplica al final del curso o programa, y
está diseñada para medir logros o outcomes. Puede ser referida a normas o a
criterios, dependiendo hasta cierto punto del uso que se le dará a la
evaluación (por ejemplo, entregar certificados o grados) (Cohen, Manion y
Morrison, 2000). Por lo tanto, si el objetivo de evaluación es realizar un
diagnóstico, probablemente un instrumento diseñado como evaluación formativa no
sea lo más apropiado
Alineación de los contenidos
Una segunda pregunta es qué es lo que el instrumento mide y
si esto calza con lo que se quiere evaluar. Este análisis no es algo general,
como por ejemplo, “habilidades matemáticas en primaria”. Hay que mirar en
detalle el contenido del test, los niveles de aprendizaje que cubre, y el o los
grupos etarios a los que está orientado, y compararlo minuciosamente con los
objetivos de evaluación. Por ejemplo, para una evaluación el propósito puede
ser evaluar la implementación del currículo nacional de matemática, el que
puede o no tener elementos en común con una prueba de matemática diseñada para
su uso universal, ya que el currículo puede tener ver con medir aprendizajes de
geometría, mientras que un test puede tenerlo en aritmética. Es muy importante
analizar en detalle el contenido de la prueba, y ver si cubre adecuadamente los
contenidos que se quieren evaluar, y además comprobar que no evalúe elementos
que no son parte del objetivo de evaluación.